miércoles, 7 de septiembre de 2016

La Comunicación en el proceso de enseñanza aprendizaje

La comunicación en el proceso de enseñanza aprendizaje constituye un elemento de suma importancia pues, para el logro de un aprendizaje significativo y construcción de conocimiento es imprescindible la intercomunicación efectiva entre facilitador - alumnos, alumnos – alumnos lo que facilita el procesamiento de la información.
Revisaremos algunas definiciones de comunicación aportadas por diferentes autores, que indudablemente, nos ayudarán a entender la comunicación en el proceso de enseñanza aprendizaje.
Según A. Sherkovin comunicación es un proceso de intercambio de informaciones que contiene los reflejos de la realidad por parte de las personas, parte inseparable del ser social y medio de formación y funcionamiento de conciencia individual y social.
Ricardo Noceda define la comunicación como el proceso mediante. el cual un individuo entra en cooperación mental con otro hasta que ambos alcancen conciencia común.
José Martín Barbero sostiene que la comunicación es hacer posible que unos hombres reconozcan a otros y ello en doble sentido les reconozcan el derecho a vivir y pensar diferente y se reconozcan como hombres en esa diferencia.
Weaber y Shanon formularon su teoría de la educación a mediados del siglo XX. Esta teoría buscaba sobre todo una transmisión eficaz de los mensajes a partir del análisis y control de los diferentes tipos de señales que van desde el emisor al receptor. Su impacto en el mundo educativo, y particularmente en la Tecnología Educativa, se produjo a partir de la consideración del proceso educativo como un proceso de comunicación, que debía realizarse de manera eficaz para mejorar los aprendizajes de los estudiantes (Fernández y Sarramona: 1977).
Uno de los autores que se destaca en América Latina alrededor de los años 60 es Paulo Freire. Para Freire. comunicación y educación son dos procesos similares horizontales y no autoritarios. Concibe el proceso educativo sobre la base de la comunicación estrecha entre los participantes del diálogo entre profesor y alumnos, los cuales establecen entre sí una comunicación que los enriquece mutuamente, al transformarse constantemente en emisores y/o perceptores de los mensajes pero, principalmente, co – aprendices, los cuales son compartidos para el logro de un fin educativo común.
Entonces, la comunicación como un intercambio de ideas, necesidades, información, deseos entre dos o más personas (Fernández y Sarramona: 1977 constituye una acción necesaria en el proceso de enseñanza –aprendizaje, además, la comunicación de la información es el último paso en la interiorización de los contenidos a través del diálogo, debates, otras estrategia y técnicas de procesamiento de datos  e información.
La educación a través de los años, se ha caracterizado por ser autoritaria y unidireccional y por tanto, no participativa ( González, 1995:1). Efectivamente, con mucha frecuencia observamos las clases tradicionales: Un profesor/a al frente de un grupo de estudiantes explicando toda una hora de clases y un grupo de estudiantes pasivos escuchan, sin tomar notas, pues este procedimiento tan importante en el proceso, muchas veces no es enseñado para ser aplicado efectivamente.
Uno de los grandes vacíos de nuestra educación ha sido el poco énfasis dado al discurso oral con nuestros estudiantes. Muy pocas oportunidades se dan al estudiante para comunicar opiniones, para intercambiar información e ideas, para debatir y solucionar problemas mediante la discusión. Desde el quehacer educativo en el aula hasta las formas evaluativas, todas se caracterizan por desarrollar la expresión escrita en sus diferentes manifestaciones. No así, la expresión oral por parte de los estudiantes, aunque, es con la palabra que obtendremos un empleo, es con la palabra con la que debemos dirigirnos a nuestros semejantes y es mediante la palabra que nos damos a conocer. Son las pequeñas palabras las que nos abrirán grandes puertas. La palabra es fundamental en esta época de cambio y transición, sostiene Katia (Katia Calderón Herrera, 2006).
En consecuencia, es importante garantizar la capacitación docente en métodos efectivos de enseñanza en la orientación real de una comunicación eficaz docente discente. Si se desea lograr una verdadera comunicación interpersonal y un verdadero aprendizaje, se debe atender el aprendizaje significativo. Este aprendizaje alude más al plano personal: desarrollo de la capacidad narrativa y oratoria, desarrollo de la inteligencia y creatividad a través del pensamiento divergente. El pensamiento divergente se refiere al pensamiento que trata de buscar todas las soluciones posibles ante un problema.
Aparte de  lo anterior, otros autores consideran  la comunicación como un proceso interactivo entre dos o más sujetos, la influencia que se ejerce es mutua, por lo tanto, el que brinda la información como el que la recibe se modifican en el proceso. La comunicación si no se da mediante el diálogo, no es comunicación, sino tan sólo información o difusión. Se espera entonces, que  la comunicación educativa sea participativa, dialógica, horizontal, bidireccional.
Creemos que es imprescindible ofrecer al estudiante la posibilidad de expresarse a través de cualquier medio para que logre potenciar sus capacidades.(Arthur Noguerol,1998). Y es aquí donde entra en juego la orientación sobre el perfeccionamiento en la metodología de la enseñanza y del aprendizaje en el aula, lo que implica mayor capacitación para que los docentes puedan incentivar, una comunicación eficaz en el proceso educativo
Desde esta perspectiva, los trabajos  de grupo, de pares, cumplen su función plena cuando se relacionan con la posibilidad de comunicar lo que se ha captado y da posibilidad al estudiante a comunicar y expresar lo que observa, lo que entiende, lo que siente, lo que escucha para que la información luego de ser captada y procesada, sea interiorizada, de tal forma que pueda ser  reformulada personalmente y pueda ser interpretada por el que aprende.
Así pues, el docente puede aplicar técnicas para estimular la comunicación, los intercambios, las vivencias interpersonales, pero no sólo con los recursos técnicos logrará su objetivo, sino que también dependerá de su actitud, aptitud, competencias y principalmente de su capacidad para mantenerse en un aprendizaje permanente tomando en cuenta lo vertiginoso de los cambios en el ámbito educativo y la información.
En contraste con la concepción tradicional de enseñanza, la concepción actual considera que la principal función del docente es estimular la participación activa y crítica de los alumnos, cooperando con ellos, conduciendo la actividad de los diferentes grupos que se forman para la consecución de un objetivo de aprendizaje, orientando la resolución de problemas, guiando a los alumnos para que asuman su responsabilidad en el proceso de estudio y aprendizaje.

Lo expresado anteriormente implica por parte del docente una mayor capacitación pedagógica, responsabilidad sobre su rol de  mediador  de una comunicación efectiva en el salón de clases y fuera de ella. y sobretodo, reflexionar sobre la necesidad de disponer de una variedad de técnicas   y adoptar actitudes que permitan cumplir eficazmente su misión. La formación personal integral del docente es importante, tanto en  la preparación académica que se refiere al conocimiento de la materia que debe enseñar como en la formación pedagógica que  se refiere al adecuado empleo de técnicas, recursos de enseñanzas, técnicas y estrategias de comunicación efectiva en el aula.

Mgtr. Ivett Eliana Alvarez Moscoso

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