Los intentos por mejorar
la calidad de la Educación en los diferentes niveles académicos, tanto en el
ámbito nacional como internacional, ha sido una preocupación constante. De allí que las últimas iniciativas en el ámbito
latinoamericano, son las Metas 2021: “La Educación que queremos para la
generación de los bicentenarios” (2011 – 2021)
acordadas en la XVIII Conferencia Iberoamericana de Educación (El
Salvador, mayo 2008).
Una de estas
intenciones se centra en la cuestión pedagógica tanto en los niveles básicos como en la
Educación Superior donde los problemas que presenta el estudiante al enfrentar
el trabajo intelectual académico son evidentes. Según estudios e información
revisada, el estudiante universitario desconoce cómo aplicar herramientas
adecuadas que le permita tomar control de su aprendizaje, lo que refleja la
carencia de procedimientos en el estudio y aprendizaje que arrastra de los niveles básicos.
En uno de los encuentros que se han realizado para
mejorar la Educación a nivel latinoamericano, se planteó textualmente lo
siguiente:
“El tradicional énfasis
dado en el campo educativo a la cuestión financiera y presupuestaria (entendida
usualmente como más recursos y no también como mejor uso de dichos recursos), y
el énfasis dado en los últimos años a la cuestión administrativa y, más
recientemente, a la dotación de computadoras en el ámbito escolar, han
contribuido a sepultar los aspectos sustantivos de la educación: el para qué,
qué y cómo se enseña, el para qué, qué y cómo se aprende. De nada sirve una
gran infraestructura y un magnífico equipamiento, sin proyecto pedagógico y sin
sujetos y relaciones capaces de encarnarlo. La cuestión curricular y la
cuestión pedagógica, estrechamente vinculadas, han ocupado y siguen ocupando
los últimos lugares – en vez de los primeros - de la preocupación educativa”.
II Pronunciamiento Latinoamericano por una Educación Parar Todos (Buenos Aires septiembre 2010.
Lo antes expuesto, nos deja una profunda reflexión que nos lleva a pensar
que lamentablemente se desvincula la cuestión Curricular de la cuestión
Pedagógica, y muchas veces se ha comprobado que la atención al aprendizaje y al
estudio siguen siendo descuidadas. Centrarse en lo pedagógico, es importante , y
cobra relevancia en los procesos de Transformación Curricular que se han
intentado y que siguen desarrollándose en estos momentos en nuestro país, pues,
estos procesos, llevan implícito mejorar varios aspectos de la realidad
educativa, una de ellas, con la implementación de la jornada Extendida (JE) o
Jornada Única (JU), es mejorar la calidad de la educación a través del aprovechamiento
efectivo del tiempo y suponemos también que
se intentará hacer cambios profundos en la pedagogía misma a nivel del salón de
clases. De igual forma, hay que tener muy presente que los nuevos programas
basados en la formación por
competencias, exigen que docentes y estudiantes se encuentren en un punto
pedagógico en el que ambos deben prepararse: para enseñar a aprender (docente)
aprender a estudiar y aprender a aprender (estudiante).
Es la era de una nueva
escuela, de nuevas formas de aprender y enseñar: “La escuela innovadora
fundamentada en la comprensión de los conocimientos, en la importancia de los
procesos, en las formas de organización del alumnado basado en la autogestión”
(Antoni Zabala, Laia Arnau, 2007.
De tal manera que, el nuevo paradigma nos exige a los educadores tener
siempre en cuenta que el estudiante es el protagonista del proceso de enseñanza aprendizaje. Efectivamente,
el alumno al ser un autogestor de sus tareas de aprendizaje y estudio, puede
aprehender el conocimiento en una forma comprensiva, dejando de lado el
aprendizaje y estudio memorístico, repetitivo y mecánico. Para que esto
realmente suceda, es necesaria una revolución pedagógica cuya finalidad sea
capacitar al docente en el qué hacer y cómo hacer que el estudiante sea un
autogestor de su aprendizaje en el salón
de clases.
De acuerdo a la revisión de investigaciones realizadas sobre el tema tanto
a nivel nacional como internacional, las deficiencias que presentan los alumnos
en su estudio y aprendizaje, entre otros, se debe al desconocimiento y falta de
aplicación de procedimientos que le faciliten el estudio y aprendizaje para lograr además de muchas otras
competencias, la comprensión lectora, análisis interpretación. etc.
Los autores de estas investigaciones concuerdan en que el arte de estudiar
y aprender, al igual que toda disciplina, para su dominio, requiere del
conocimiento de estrategias, métodos, técnicas y por supuesto, perseverancia en
su aplicación. Además, concuerdan éstos, que aunque estas herramientas no se
contemplen como contenido en la planificación de las actividades escolares,
deberían formar parte de la metodología en el aula de clases. Sin embargo,
muchas veces no formar parte de la metodología a nivel del salón de clases por
desconocimiento de ( el qué) y (el
cómo) desarrollarlos en clases.
Es por ello, que desde la
perspectiva de nuestra experiencia académica y profesional en todos los niveles
académicos, me insta a proponer que cada uno de nosotros nos hagamos las siguientes preguntas:
- ¿Conocemos y sabemos procedimientos que ayuden al estudio y aprendizaje del estudiante?
- ¿Proponemos procedimientos de estudio y aprendizaje en nuestra clase?
- ¿Qué procedimientos para el estudio y el aprendizaje desarrollamos en el desempeño de nuestras clases.
- ¿Cómo los enseñamos?
Por otro lado, es pertinente señalar que la prueba Pisa explicita con gran
precisión las competencias que debe alcanzar el estudiante, entre ellas:
pensar, razonar, argumentar y comunicar verbalmente, por escrito y
matemáticamente; modelar, plantear y resolver problemas; representar, utilizar
lenguajes simbólicos y formales y también herramientas de apoyo. Estas
competencias se circunscriben a tres
niveles de desarrollo creciente: reproducir, conectar, aplicar y reflexionar.
Este conjunto de habilidades es coherente con las nuevas intenciones de mejorar
la educación pero, lamentablemente, muy distantes de las prácticas escolares.
A modo de conclusión podemos señalar que es necesario poner atención en los
aspectos pedagógicos para mejorar la
calidad de nuestra educación y establecer políticas de estado en lo que se
refiere a la capacitación pedagógica de los docentes. De igual manera se
amerita que los procedimientos utilizados para que el estudiante aprenda a
estudiar y aprenda a aprender formen parte de un eje transversal en el currículo
pues estos se acercan en gran medida a los requerimientos de la Prueba Pisa y Perce.
Magister Ivett Eliana Alvarez Moscoso
Consultora EducativaAcadémica
Estudios en la Universidad de Concepción Chile Graduada de la Universidad de
Panamá
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