domingo, 24 de abril de 2016

LA METODOLOGÍA DEL ESTUDIO ACADÉMICO. ENCUENTRO PEDAGÓGICO DOCENTE -DISCENTE






Existe un gran interés por enseñar los Métodos de Estudio, Técnicas de Estudio y Estrategias de Aprendizaje, desde las aulas de clases. No hay duda, la ejercitación de los procedimientos para que el estudiante logre realmente ser competente, se debe realizar desde las áreas curriculares.

Desde hace un tiempo a esta parte, ya existen propuestas encaminadas a considerar que estos procedimientos sean enseñados dentro de la dinámica áulica. “En la organización escolar hasta el final de la pre media, es conveniente dar prioridad a los aspectos relacionados con los procedimientos tales como, las Estrategias de Aprendizaje, Métodos de Estudio y Técnicas de Estudio” Noguerol (1988).

Entonces, replantearemos la Metodología del Estudio definiéndola como una organización sistemática de los contenidos programáticos de Métodos de estudio, Técnicas de Estudio y Estrategias de Aprendizaje, cuyo objetivo primordial es brindar las herramientas necesarias a los docentes y estudiantes para un encuentro pedagógico efectivo en la interacción docente-discente.

Investigadores del tema, afirman que no se puede hablar  de comprender, hablar, leer, escribir, resumir o cualquier otro procedimiento como habilidades generales, sino existe una relación con la materia concreta de estudio, de allí, surge la necesidad de  que todo docente tanto de nivel primario, secundario como universitario, sea competente en el aprendizaje, enseñanza y aplicación de estos procedimientos. Por lo tanto, es necesario, un cambio que implique centrarse en lo que el estudiante tiene que hacer para aprender y no lo que hace el profesor solamente para enseñar.

La estructura cognoscitiva de estos procedimientos está dada por los métodos de estudio, técnicas de estudio y estrategias de aprendizaje que el estudiante utiliza para procesar los distintos tipos de información que le llegan, y que pasan por tres momentos: la captación de la información (entrada de la información), su reestructuración (interiorización) y la comunicación (recuperación y utilización), así también se produce una estructura social que conforma el marco donde se produce el aprendizaje.
Existen diferentes modelos de programas de estudio que han surgido y que han sido analizados en un interesante trabajo realizado por (Robyack y Patton 1977 En: Alvarez et. Al.1988 ) en un intento de categorizar las distintas experiencias aparecidas a lo largo de los 50 años.

De modo que, muchos programas de intervención se han realizado con el objetivo de suplir las carencias en el estudio y aprendizaje, pero, la falta de fundamentación no permitía determinar los factores causales de tales carencias, sin embargo, estos programas, adolecieron de la inseparable conexión estudio-aprendizaje.

El primero, es el  Modelo de Habilidades para el Estudio que se fundamentó en el supuesto, que el deficiente rendimiento académico del alumno depende de la existencia de inadecuadas habilidades de estudio y que pueden ser remediadas mediante la instrucción efectiva de métodos y técnicas de estudio.

Según (Roberts 1981 En: Alvarez et. Al 1988), las habilidades de estudio no pueden entenderse como un simple medio para adquirir nuevos conocimientos, sino que, son un fin en sí mismas para que el alumno sepa cómo aprender. Por tal razón, cualquier programa de Métodos de Estudio debe ir más allá de facilitar unas habilidades para informarse y comunicarse
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Las investigaciones realizadas, se han apoyado en dos argumentos fundamentales: la ausencia de habilidades, consideradas como determinantes, de los resultados académicos y la hipótesis de la necesidad de adquirir efectivas técnicas de estudios, para que el alumno mejore su rendimiento académico. Pero, debido a investigaciones realizadas en la década de los 60 por Entwisle y Weigel se comprueba que el alumno consigue aprender a realizar un esquema, por ejemplo, pero no realiza los esquemas en sus estudios. Podríamos suponer que no existe un seguimiento de este aprendizaje por parte de los docentes.

El modelo de Habilidades para el Estudio, a pesar de sus deficiencias por inadecuado diagnóstico, ausencia o inadecuación del tipo de materiales prácticos, escasa duración de la instrucción, escaso compromiso del equipo educativo, en su planteamiento y ejecución, lo transforma en un programa marginal, es un modelo que se ha extendido como actividad complementaria realizado por un “tutor o contratado” muchas veces a nivel privado de los cuales se benefician solamente aquellos que económicamente pueden acceder a estas modalidades de adquirir técnicas para el estudio
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Otro, es el Modelo de Ayuda Psicológica en el estudio, y parte de la tesis de que las características personales del alumno (dimensión afectiva) interaccionan con la metodología del estudio en el proceso que conduce a un determinado nivel de aprendizaje y rendimiento. El análisis de este modelo arroja que en muchos alumnos con probada ineficacia en el estudio, se producen cambios importantes, cuando se altera su patrón de conducta, es decir, de inadecuados patrones de conducta a adecuados patrones de conductas.

Finalmente, está el Modelo Integrado de Programas de Métodos de Estudio, que considera que los alumnos se ubican en un continuum, que va desde los que no conocen y no usan las técnicas adecuadas de aprendizaje y estudio, hasta los que las conocen, pero no las usan.

Un Programa Integrado, es aquel que atiende el caudal de conocimiento aportado por las investigaciones sobre Estrategias de Aprendizaje. En este programa, se intenta proponer acciones de instrucción que tomen en consideración la naturaleza de los procesos involucrados en la adquisición, representación y recuperación del conocimiento.

Un Programa Integrado se basa en diferentes estrategias: las Estrategias Primarias que se refieren a la relación directa del estudiante con el contenido  y el proceso de adquisición y manejo de la información; las Estrategias de Apoyo que facilitan al alumno el establecimiento de sus metas, la planificación de su aprendizaje y estudio, el logro de la concentración y el control y diagnóstico de su propio progreso y el tercer tipo de estrategias se refiere a las Estrategias Motivacionales, encaminadas a ayudar al alumno a internalizar su responsabilidad y finalmente están las Estrategias Institucionales que tienen que ver con el conjunto de medidas que los diferentes agentes docentes (profesor, institución educativa, administración educativa), deben adoptar a fin de facilitar un contexto institucional de aprendizaje, lo menos restrictivo posible.

   Señala (Ford 1980 En: Alvarez et. Al. 1988), que existen dos tipos de enfoques a la hora de determinar los contenidos de un programa de estudio: el enfoque prescriptivo que asume que existe un claro conjunto establecido de conocimientos sobre el tema y, por tanto, puede prescribirse, la manera correcta de estudiar y el enfoque de exploración y auto concienciación, que es el que realmente interesa y  que tiene como objetivo, hacer consciente al alumno, de los requisitos para el estudio y aprendizaje y que comprenda su propio proceso (metacognición) como pre-condición para el desarrollo de un permanente progreso. (Gibbs 1977 En: Alvarez et. Al.), argumenta que este enfoque permite que el alumno pueda determinar sus aciertos y errores, a la luz de los requisitos del estudio y además, que éste, se anime a explorar formas de progreso a partir de su situación real en forma independiente.

Otro aspecto a tomar en cuenta en el diseño de un programa, es el diagnóstico de las necesidades sentidas, tanto por estudiantes, como por profesores y autoridades ejecutivas del centro educativo. Alvarez y colaboradores sostienen que en este diagnóstico de necesidades, se deben considerar dos situaciones diferentes. Por una parte, la imagen ideal, o sea el nivel de conocimiento y conducta tanto por los alumnos, como por los profesores, sobre los diferentes aspectos sometidos a diagnóstico o evaluación inicial. De otra parte, la imagen real, a partir del análisis del uso que de tales conocimientos o conductas, se hacen.

Con respecto a la secuenciación de las actividades es preciso regirse por el principio general en cualquier diseño de instrucción, este principio defiende la posición de que no se puede dar por supuesto el hecho de que los alumnos ya deben dominar ciertas habilidades.

Como último aspecto, se debe tomar en consideración a la hora del diseño de un programa de métodos de estudio, los criterios y procedimientos de evaluación. Así, como se manifestó en párrafos anteriores, la calificación no debe ser único criterio de eficacia, lo importante es la implicación del propio alumno en dicho proceso de evaluación con la ayuda de estrategias de autocontrol. La evaluación debe centrarse en el proceso, más que en el producto fi

Luego de revisar el diseño del programa, también es prudente hablar sobre los diferentes formatos sobre un programa de métodos de estudio. “Un diseño es mucho más que un temario, mucho más que una buena selección de recursos educativos. Es la expresión de un plan organizacional cuyo fin es producir condiciones para que sucedan comportamientos necesarios” Blake(2001).

 Un formato de programa de métodos de estudio se sustenta en la idea de que el proceso de estudio y aprendizaje no pueden ser separados, el programa general docente debe incluir todo lo que se refiere a la metodología de estudio y, en consecuencia, el profesor es el único responsable de su ejecución. Este trabajo adquiere mayor relevancia en estos momentos en que se pretende brindar a los estudiantes, una formación por competencias, dado el carácter integral que debe presidir toda acción educativa.

Los formatos que existen y que se ofrecen en algunas instituciones educativas son las siguiente: como curso introductorio desarrollado al comienzo de un nuevo ciclo; como curso introductorio, más una acción de refuerzo a lo largo del ciclo; como curso intensivo al finalizar el primer trimestre de cada curso; como curso general a lo largo de todo el año lectivo. Este último, permite adecuar la secuencia de ejecución a la gradual introducción de nuevas exigencias de mayor complejidad en el programa docente y como curso de acción tutorial dentro de un programa general de orientación educativa. Esta modalidad toma en consideración otra serie de objetivos cuyo logro incrementará los efectos del propio curso al poner su énfasis en el área de la dinámica personal del alumno.

 Lógicamente que, de acuerdo al carácter de formación docente que implica aprender para enseñar a futuras generaciones, la alternativa  que nuestros alumnos necesitan es  recibir  la orientación como curso general a lo largo de todo el año lectivo”, pues, si se trata de cambios de paradigma de la mera instrucción a aprender a hacer, para enseñar, se habla entonces de un proceso largo de acomodo, de enfrentar cambios y asimilar la importancia del carácter pedagógico de la enseñanza.

“Un nuevo paradigma de la formación docente implica la visión de que el que enseña y el que aprende construyen juntos intersubjetivamente  aprendizaje…” “aprendemos a aprender para convertirnos en aprendices autónomos.” Bromberg  et. Al. (2007)

Desde esta perspectiva un programa de Metodología del Estudio    basado en Estrategias de Aprendizaje, Métodos de Estudio y Técnicas de Estudio integra todas las herramientas didácticas –metodológicas que permiten al docente facilitar el proceso de enseñanza de procedimientos, y al estudiante, el proceso de Estudio y Aprendizaje. Así, ambos van al encuentro de ese momento pedagógico en el que estudiantes y docente se favorecen  con una interacción efectiva.                                                                                           

Instamos a las autoridades educativas panameñas reflexionar al respecto y considerar una enseñanza institucionalizada de procedimientos que ayuden al estudiante a aprender significativamente y aprehender el conocimiento en forma reflexiva y activa.

LA AUTENTICA EDUCACIÓN ES CUANDO EDUCADORES Y EDUCANDOS SE PONEN EN UN ESTADO DE COMUNICACIÓN ACTIVA, CADA UNO VA AL ENCUENTRO DEL OTRO”. (Francisco Gutierrez)

domingo, 17 de abril de 2016

ESTUDIO Y APRENDIZAJE

Magister Ivett Eliana Alvarez Moscoso                    
Estudios realizados en la Universidad de Concepción-Chile                                                       Graduada de la Universidad de Panamá






En la actualidad se reconoce el nuevo rol del estudiante como constructor de aprendizaje y conocimiento, lo cual requiere considerar muy seriamente que el alumnado desarrolle competencias, habilidades y utilice procedimientos, técnicas y estrategias que le ayuden a alcanzar actitudes de autonomía y dominio personal para el logro académico efectivo en los diferentes niveles y luego, como egresado de las aulas universitarias, enfrentar la vida  profesional  en forma eficiente, eficaz y exitosa con actitud de aprendizaje permanente. 

La implementación de Estrategias de Aprendizaje, Métodos de Estudio y Técnicas de estudio a partir de la Educación Básica primeramente  (a partir de un 5º grado) y posteriormente durante  una carrera profesional,  tiene como objetivo central, asegurar que los procesos formativos, produzcan un profesional que tenga las herramientas para el buen desempeño  de su profesión y para el aprendizaje permanente.

La enseñanza y aprendizaje de estos procedimientos son importantes  que se lleven a cabo en  el marco de una Transformación Curricular en proceso y cambios en el sistema Educativo panameño, como la implementación de la Jornada única (JU) o Jornada Extendida (JE) cuya finalidad, creemos, es la innovación en las escuelas, y el aprovechamiento efectivo del tiempo de los alumnos, para influir de manera positiva en la formación integral del estudiante y lograr que éste sea activo, proactivo, crítico, reflexivo, capaz de resolver los problemas de la vida escolar y del futuro, y por ende, resolver de manera óptima los problemas de la vida diaria.

Es estrictamente necesario que los futuros docentes que egresan de la Facultad de Ciencias de la Educación de las diferentes universidades, tanto públicas como privadas, quienes tienen la responsabilidad de educar, orientar y enseñar desde los niveles primarios, secundarios hasta el nivel universitario se preparen para brindar las herramientas que faciliten el estudio y aprendizaje del estudiante.

Lo antes expuesto, se fundamenta en la aseveración de estudiosos quienes afirman que la tarea de aprender a aprender,  es una tarea que hay que llevar a cabo continuamente y debe tener lugar especialmente a la edad de los niños/as entre los 10 y 14 años”, es decir. Desde los niveles de 5º grado de la Enseñanza Básica hasta el nivel universitario.

En contraposición con este planteamiento, es lamentable que nuestros estudiantes no reciban una orientación sistematizada para el aprendizaje de Estrategias de Aprendizaje, Métodos de estudio y Técnicas de estudio y más lamentable aún, es que nuestros docentes no las enseñen en las etapas apropiadas, algunas veces, por desconocimiento y otras veces por no saber aplicarlas en el proceso de Enseñanza aprendizaje.                                
          
La falta de orientación de un programa que integre todos aquellos procedimientos relacionados al estudio y aprendizaje, redundan en frustración, desmotivación e inclusive, la deserción en los diferentes niveles, incluyendo  el nivel superior, toda vez que el estudiante al no conocer y no saber utilizar las Estrategias, Métodos y  Técnicas  de Estudio apropiadas o correctas para enfrentar las exigencias académicas, sienten la presión en las tareas escolares.  Además, al no conocerlas, tienen muy pocas opciones de crear sus propios métodos y estrategias de estudio y aprendizaje.

Para la solución del problema se requiere una orientación institucionalizada de estas herramientas para que coadyuven a superar las deficiencias que los estudiantes traen desde los niveles primarios y secundarios con respecto al estudio y aprendizaje. Se hace necesario que  los futuros docentes, aprendan las herramientas necesarias con el fin de  enseñarlas al estudiante, desde la misma dinámica áulica. El dominio de estos procedimientos por el docente, constituye una competencia básica fundamental para el proceso de enseñanza aprendizaje facilitando la interacción docente - discente
Se ha demostrado que lo importante en el proceso de Enseñanza Aprendizaje no es la memorización de una serie de contenidos o conceptos presentados por el docente a través de clases magistrales, sino que la labor del docente es orientar y capacitar al estudiante, para que aprenda a aprender desde la dinámica pedagógica dentro del salón de clases y fuera de él.

A modo de reflexión, Nos preguntamos, si no fueran importantes estos procedimientos ¿Por qué la Unesco dedica páginas WEB completas en Internet (2007-2012) para dar a conocer estos procedimientos a estudiantes y docentes de todos los niveles?

·         ¿Por qué existen empresas educativas privadas que ofrecen esta orientación extraescolar a estudiantes con recursos quienes pueden pagar estas orientaciones?

·     ¿No sería interesante, pertinente y necesario integrar la enseñanza de estos procedimientos en el proceso mismo de la enseñanza aprendizaje en el aula? O que forme parte de un Eje Transversal en el currículo?

·         ¿Por qué la enseñanza de estos procedimientos se da en forma aislada y no en el contexto del ámbito escolar?

La reflexión anterior, exige, un cambio de paradigma, tanto de las instituciones educativas, del docente y del estudiante, por ende, la necesidad de institucionalizar esta enseñanza desde las aulas, debe constituirse en un objetivo urgente de las altas autoridades académicas para que todo estudiante panameño tenga acceso al aprendizaje de Estrategias de Aprendizaje, Métodos de Estudio y Técnicas de Estudio en el transcurso de su vida como estudiantes y durante su carrera profesional.

Creemos firmemente que la solución del problema, no es brindar cursos, talleres y diplomados en forma aislada del aula de clases,  más bien, todo esfuerzo debe cumplir con la finalidad de especializar a los docentes para la enseñanza de estos procedimientos, con su debido seguimiento y rendición de cuentas sobre el proceso de transferencia a los estudiantes.

Ante este panorama se impone corregir esta carencia mediante un programa institucionalizado primeramente en la Facultad de Ciencias de la Educación, de las diferentes universidades, lo cual permitirá a los futuros docentes recibir las competencias necesarias para enfrentar las exigencias de los nuevos retos educativos. De igual manera, es necesario un  programa de capacitación docente centrado en Estrategias de Aprendizaje, Métodos de Estudio y Técnicas de Estudio, la capacitación permanente  de los docentes en ejercicios, especialmente, aquellos que participan en la Jornada Extendida. Este hecho constituiría un avance importante en el proceso de la dinámica áulica en función de la interacción docente discente efectiva,  en donde el docente cumplirá realmente su rol de facilitador, guía, orientador, mediador y estratega del proceso de enseñanza aprendizaje y por otra parte, el estudiante jugará su papel protagónico de constructor de su propio aprendizaje como se ha enfatizado anteriormente.

Esta propuesta  intenta motivar a los docentes a que utilicen estos procedimientos en el salón de clases y que sientan la necesidad de transformarse en docentes competentes en la enseñanza de estas herramientas pedagógicas y así, cumplir con un  mejor desempeño del trabajo académico. No se trata de ser un experto en su materia sino además, competente en la enseñanza y aprendizaje de la misma.

Y por último, creemos que además del estudiante, el verdadero beneficiado será el sistema educativo, del cual se espera  le dé el verdadero valor al uso de estas herramientas pedagógicas y así, pueda  dar los primeros pasos para la solución de este problema que ha venido aquejando al sistema educativo por muchos años y se espera  que el cambio curricular se dé, además, en función del aprendizaje del estudiante quien es el verdadero protagonista del proceso de enseñanza aprendizaje.

REFLEXIONES Y CONSIDERACIONES SOBRE LOS PRINCIPIOS DE LA EDUCACIÓN PARA EL SIGLO XXI

Magister Ivette Eliana Alvarez Moscoso
Consultora educativa y Académica Estudios en la Universidad de Concepción –Chile Graduada en la Universidad de Panamá

El informe titulado “La educación encierra un tesoro” habla de los 5  pilares del aprendizaje y la educación a lo largo de la vida: aprender  a aprender, aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser, aprender a convivir. Además de estos principios del siglo XXI, surgen otros conceptos, tales como, desaprender y reaprender que deben formar parte de la educación integral. Estos conceptos están relacionados con la actitud del que aprende, por lo tanto, he aquí, una idea general de lo que cada concepto implica y significa. (Delors,1997 En: Tünnermann,1998).

APRENDER A  APRENDER

 Realmente, Aprender a Aprender es un concepto que está en boga, las primeras inquietudes que surgieron al respecto fue que, si se puede aprender a aprender y si los profesores  podrían enseñar a aprender. De las investigaciones realizadas al respecto, se concluyó que sí, se puede aprender a aprender, en realidad, es un proceso continuo, se aprende a fijar la atención, a prever y a establecer hipótesis, a dominar algo mediante una repetición, práctica  y otros.

Aprender a aprender es una idea que fue citada por Rousseau, quien aspiraba a desarrollar actitudes y métodos de aprendizaje separadas de la enseñanza formal, antes de la adquisición de conocimientos. En cambio los actuales teóricos parten de la premisa de que aprender a aprender es una capacidad que debe desarrollarse simultáneamente con la experiencia de aprendizaje, así, la enseñanza de las habilidades para el estudio deben ser parte del currículo, con el fin de que los estudiantes aprendan a buscar información cuando la necesita y de independizarse progresivamente de los profesores.

El concepto  Aprender a Aprender insta al individuo a ejercitar su potencial cognoscitivo, como la facultad intrínsecamente humana de utilizar su memoria asociativa, a lo largo de toda su vida mediante un aprendizaje permanente.

“Aprender a aprender depende del desarrollo de un séptimo sentido, es desarrollar la metacognición  que es la conciencia que adquiere  el estudiante, de sus propios procesos mentales Nisbet y Schucksmith (1992).  Se trata de buscar los caminos para planificar, examinar sus propias realizaciones, identificar las causas de las dificultades, verificar, evaluar, revisar y ensayar para lograr un aprendizaje significativo que le permita resolver problemas de la vida escolar y cotidiana. Así, “volver conscientes los procesos de aprendizaje, es el modo de Aprender a Aprender” Rey (1993).Pero, el docente debe acompañar al estudiante en este  proceso con metodologías adecuadas con el  fin de evaluarlo permanentemente.

Frida Díaz Barriga plantea que: Aprender a Aprender, implica la capacidad de reflexionar en la forma en que se aprende y actuar en consecuencia, autorregulando el propio proceso de aprendizaje mediante estrategias flexibles y apropiadas.

 Este concepto  data de mucho tiempo, pero en la década del 90 adquiere relevancia con la variante de que este proceso debe darse en el contexto del proceso de enseñanza aprendizaje, en el aula y fuera de ella. Ante esta información, nos surge la pregunta: Pudimos los docentes asimilar, entender y comprender este concepto para poder llevarlo a la práctica áulica? O se quedó en el olvido como una simple oleada de moda? Creemos que no se logró asimilarlo, aprenderlo, practicarlo, ni menos llevarlo a la práctica áulica.

APRENDER A HACER

Siguiendo con los pilares de la educación del siglo XXI, el concepto Aprender a Hacer, se encuentra estrechamente vinculado con la formación profesional del educador, cuya base está en responder la siguiente pregunta, ¿Cómo enseñar al educando a poner en prácticas sus conocimientos? De acuerdo a Avolio de Cols (1979), el saber procedimental es de tipo práctico, porque está basado en la realización de varias acciones y es en este punto, donde la Metodología del Estudio centrada en Métodos Técnicas y Estrategias, entra a jugar un papel importante en el aprendizaje significativo del estudiante.

Es importante señalar que los procedimientos (habilidades y destrezas) pueden ser definidos como un conjunto de acciones ordenadas dirigidas hacia la consecución de una meta determinada. El aprendizaje de los procedimientos, o el desarrollo de la competencia procedimental, en términos generales, es un proceso gradual en el que deben considerarse las dimensiones desde los momentos iniciales de aprendizaje hasta los finales del mismo.

Nos preguntamos:

¿Estamos enseñando a nuestros estudiantes a poner en práctica en la vida diaria lo que aprende?

¿Las metodologías utilizadas en el aula realmente son las adecuadas para lograr el objetivo de “Aprender a Hacer?

APRENDER A SER

Aprender a ser, se relaciona con los contenidos actitudinales del currículo y con la competencia de las actitudes. Las actitudes son constructos que median nuestras acciones y que se encuentran compuestas de tres elementos básicos: un componente cognitivo, un componente afectivo y un componente conductual.

El aprendizaje de actitudes es un proceso lento y gradual, donde influyen distintos factores, tales como: las experiencias personales previas, las actitudes de otras personas significativas, la información y experiencias novedosas y el contexto sociocultural (instituciones, los medios, y las representaciones colectivas).

Para cumplir con este principio también debemos utilizar metodologías adecuadas en el aula que permitan a los estudiantes practicar el “Aprender a Ser”.

Aprender a ser es lograr un desarrollo óptimo de la personalidad de tal manera que, sitúe al individuo en condiciones de obrar con creciente capacidad, autonomía de juicio y responsabilidad personal frente a la vida.

 En el ámbito escolar esto se logra transformando el espacio áulico en una micro sociedad en donde el estudiante a través de sus experiencias activas en el proceso de enseñanza y aprendizaje, vaya aprendiendo los valores comportamientos y actitudes positivos que requiere la sociedad.

Nos preguntamos:

¿ Podrá “Aprender a Ser” un estudiante que permanece pasivo en el salón de clases. Sin oportunidad de participación activa?

¿Podrá “ Aprender a Ser” un estudiante que no tiene la oportunidad de expresar sus propias ideas y donde la última palabra la tiene el docente?

Podrá “Aprender a Ser” un estudiante el cual no tiene la oportunidad de trabajar en grupo en el salón de clases? Al que se le imponen metodologías de enseñanza que no le permiten aprender nuevos valores y a practicarlos en el ámbito de esta micro sociedad?

APRENDER A CONVIVIR

Aprender a convivir va muy ligada al "Aprender a Ser", es aprender a vivir en armonía, desarrollando la comprensión del otro, la percepción de las formas de interdependencia, realizando proyectos en común y preparándose para tratar los conflictos, respetando los valores de pluralismo, comprensión y mutua paz. En este principio se enfatiza el concepto de diálogo, como mediador e instrumento privilegiado para llevar adelante diferentes argumentos.

En el ámbito escolar, este principio también se practica trabajando en grupo, resolviendo problemas de la vida escolar, siendo incluso partícipe de la organización pedagógica, en lo que se refiere a las sugerencias de actividades para el logro de los aprendizajes.

Aprender a vivir Juntos, es aprender a vivir con los demás; la educación tiene la misión de enseñar la diversidad humana y contribuir a una toma de conciencia de las semejanzas y la interdependencia entre todos los seres humanos. No importa la raza, la nacionalidad, la preferencia política e ideológica, etc. todos podemos vivir juntos si aprendemos a hacerlo.

El entorno educativo y el salón de clases constituye una verdadera  micro sociedad en donde el estudiante debe aprender y practicar las normas de urbanidad y valores que son la base futura como ciudadano.


APRENDER A  DESAPRENDER

La explosión de la información a nivel mundial, ha traído consigo nuevos esquemas de organización que vienen acompañados de nuevas necesidades de conocimiento. Este conocimiento implica hacer las cosas de manera totalmente distinta o contraria a como se hacían anteriormente en forma habitual. En este caso es necesario aprender a desaprender primero, antes de pasar a aprender nuevos paradigmas.

Desaprender es la actitud que trata de deshacerse de todo aquello que impide el desarrollo y evolución personal, por medio del aprendizaje. Es un proceso de constante de decodificación, descrédito y desconocimiento de patrones establecidos.

Los educadores somos los primeros quienes debemos tratar de comprender, entender y practicar este concepto, pues es imposible enseñar como se hacía antes o aprender como lo hacían nuestros abuelos. Es un mundo diferente, de constantes y vertiginosos cambios, Es un mundo donde la información está en diferentes medios y la tecnología crece en forma exponencial. Entonces debemos desaprender el método de las clases rígidas, estáticas, mecánica, memorísticas  e impositivas.

APRENDER A REAPRENDER

Este proceso tiene su base en la capacidad de asombrarse y emocionarse ante la novedad, y de valorar el nuevo aprendizaje, como necesario, para saber dar respuestas en el contexto en que se desenvuelve la persona. Implica percibir la necesidad de apropiarse de nuevos aprendizajes poniendo en juego la motivación y las expectativas del sujeto.

En el proceso de aprender a re-aprender adquiere relevancia la dimensión personal del sujeto, el auto concepto, la dimensión de auto conocimiento, autoestima  y auto realización. En este sentido cobra relevancia la frase célebre “Los analfabetas del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer ni escribir, sino aquellos que no puedan aprender a desaprender y a reaprender”  De Herbert Gerjuoy En: El Shock del Futuro de Alvin Toffler (1995).

Según Alvin Toffler, el éxito en el siglo XXI, depende de la capacidad para desarrollar habilidades y conocimientos que le permitan al individuo interactuar con la velocidad del cambio, la complejidad y la incertidumbre del mundo actual.

Ante estos grandes retos, el docente tiene dos únicas alternativas: escudarse en el lesseferismo, dejando pasar la ola de los cambios, permitiendo que otros lo hagan, o lo que es un deber, hacerse cargo de la nueva situación que se le presenta e intentar influir en el futuro de la educación de calidad.

Estos principios educativos, al formar parte del currículo, contribuyen a formar un individuo integral: autónomo, reflexivo, pro-activo, responsable de su propio aprendizaje, constructor de conocimiento y capaz de solucionar en forma óptima los retos que le plantea la vida.

Finalmente, estos principios educativos se quedan en lo abstracto, en una aceptación teórica de conocimientos con mucha dificultad para llevarlos a la práctica pedagógica, de tal manera que, adquiere relevancia el hecho de que el estudiante se enfrente a actividades de aprendizaje que le ayuden a poner en juego el razonamiento, la creatividad, solución de problemas, el hacer conexiones y transferencias efectivas de comunicación y colaboración. Por otra parte, también el docente debe entrenarse en el planeamiento de contenidos procedimentales y actitudinales, pues lo tradicional, es el dominio de la parte conceptual del proceso de enseñanza aprendizaje.



ENSEÑAR A APRENDER Y APRENDER A ESTUDIAR DESDE LA DINÁMICA ÁULICA


Los intentos por mejorar la calidad de la Educación en los diferentes niveles académicos, tanto en el ámbito nacional como internacional, ha sido una preocupación constante. De allí que las últimas iniciativas en el ámbito latinoamericano, son las Metas 2021: “La Educación que queremos para la generación de los bicentenarios” (2011 – 2021)  acordadas en la XVIII Conferencia Iberoamericana de Educación (El Salvador, mayo 2008).

Una de estas intenciones se centra en la cuestión pedagógica  tanto en los niveles básicos como en la Educación Superior donde los problemas que presenta el estudiante al enfrentar el trabajo intelectual académico son evidentes. Según estudios e información revisada, el estudiante universitario desconoce cómo aplicar herramientas adecuadas que le permita tomar control de su aprendizaje, lo que refleja la carencia de procedimientos en el estudio y aprendizaje que arrastra de  los niveles básicos.

En uno  de los encuentros que se han realizado para mejorar la Educación a nivel latinoamericano, se planteó textualmente lo siguiente:

“El tradicional énfasis dado en el campo educativo a la cuestión financiera y presupuestaria (entendida usualmente como más recursos y no también como mejor uso de dichos recursos), y el énfasis dado en los últimos años a la cuestión administrativa y, más recientemente, a la dotación de computadoras en el ámbito escolar, han contribuido a sepultar los aspectos sustantivos de la educación: el para qué, qué y cómo se enseña, el para qué, qué y cómo se aprende. De nada sirve una gran infraestructura y un magnífico equipamiento, sin proyecto pedagógico y sin sujetos y relaciones capaces de encarnarlo. La cuestión curricular y la cuestión pedagógica, estrechamente vinculadas, han ocupado y siguen ocupando los últimos lugares – en vez de los primeros - de la preocupación educativa”. II Pronunciamiento Latinoamericano por una Educación Parar Todos (Buenos Aires  septiembre 2010.

Lo antes expuesto, nos deja una profunda reflexión que nos lleva a pensar que lamentablemente se desvincula la cuestión Curricular de la cuestión Pedagógica, y muchas veces se ha comprobado que la atención al aprendizaje y al estudio siguen siendo descuidadas. Centrarse en lo pedagógico, es importante , y cobra relevancia en los procesos de Transformación Curricular que se han intentado y que siguen desarrollándose en estos momentos en nuestro país, pues, estos procesos, llevan implícito mejorar varios aspectos de la realidad educativa, una de ellas, con la implementación de la jornada Extendida (JE) o Jornada Única (JU), es mejorar la calidad de la educación a través del aprovechamiento efectivo del tiempo  y suponemos también que se intentará hacer cambios profundos en la pedagogía misma a nivel del salón de clases. De igual forma, hay que tener muy presente que los nuevos programas basados en la  formación por competencias, exigen que docentes y estudiantes se encuentren en un punto pedagógico en el que ambos deben prepararse: para enseñar a aprender (docente) aprender a estudiar y aprender a aprender (estudiante).

Es la era de una nueva escuela, de nuevas formas de aprender y enseñar: “La escuela innovadora fundamentada en la comprensión de los conocimientos, en la importancia de los procesos, en las formas de organización del alumnado basado en la autogestión” (Antoni Zabala, Laia Arnau, 2007.

De tal manera que, el nuevo paradigma nos exige a los educadores tener siempre en cuenta que el estudiante es el protagonista  del proceso de enseñanza aprendizaje. Efectivamente, el alumno al ser un autogestor de sus tareas de aprendizaje y estudio, puede aprehender el conocimiento en una forma comprensiva, dejando de lado el aprendizaje y estudio memorístico, repetitivo y mecánico. Para que esto realmente suceda, es necesaria una revolución pedagógica cuya finalidad sea capacitar al docente en el qué hacer y cómo hacer que el estudiante sea un autogestor de su aprendizaje  en el salón de clases.

De acuerdo a la revisión de investigaciones realizadas sobre el tema tanto a nivel nacional como internacional, las deficiencias que presentan los alumnos en su estudio y aprendizaje, entre otros, se debe al desconocimiento y falta de aplicación de procedimientos que le faciliten el estudio y aprendizaje  para lograr además de muchas otras competencias, la comprensión lectora, análisis interpretación. etc.

Los autores de estas investigaciones concuerdan en que el arte de estudiar y aprender, al igual que toda disciplina, para su dominio, requiere del conocimiento de estrategias, métodos, técnicas y por supuesto, perseverancia en su aplicación. Además, concuerdan éstos, que aunque estas herramientas no se contemplen como contenido en la planificación de las actividades escolares, deberían formar parte de la metodología en el aula de clases. Sin embargo, muchas veces no formar parte de la metodología a nivel del salón de clases por desconocimiento  de ( el qué) y (el cómo)  desarrollarlos en clases.

Es por ello, que desde la perspectiva de nuestra experiencia académica y profesional en todos los niveles académicos, me insta a proponer que cada uno de nosotros  nos hagamos las siguientes preguntas:

  • ¿Conocemos y sabemos procedimientos que ayuden al estudio y aprendizaje del estudiante?
  • ¿Proponemos procedimientos de estudio y aprendizaje en nuestra clase?
  • ¿Qué procedimientos para el estudio y el aprendizaje desarrollamos en el desempeño de nuestras clases.
  • ¿Cómo los enseñamos?

Por otro lado, es pertinente señalar que la prueba Pisa explicita con gran precisión las competencias que debe alcanzar el estudiante, entre ellas: pensar, razonar, argumentar y comunicar verbalmente, por escrito y matemáticamente; modelar, plantear y resolver problemas; representar, utilizar lenguajes simbólicos y formales y también herramientas de apoyo. Estas competencias se circunscriben  a tres niveles de desarrollo creciente: reproducir, conectar, aplicar y reflexionar. Este conjunto de habilidades es coherente con las nuevas intenciones de mejorar la educación pero, lamentablemente, muy distantes de las prácticas escolares.

A modo de conclusión podemos señalar que es necesario poner atención en los aspectos  pedagógicos para mejorar la calidad de nuestra educación y establecer políticas de estado en lo que se refiere a la capacitación pedagógica de los docentes. De igual manera se amerita que los procedimientos utilizados para que el estudiante aprenda a estudiar y aprenda a aprender formen parte de un eje transversal en el currículo pues estos se acercan en gran medida a los requerimientos de la Prueba Pisa y Perce.

Magister Ivett Eliana Alvarez Moscoso

Consultora EducativaAcadémica                                                                                                                        Estudios en la Universidad de Concepción Chile                                                                                  Graduada de la Universidad de Panamá